sábado, 18 de octubre de 2008

Cementerio de Staglieno



Génova es el puerto mas importante de Italia. Ciudad llena de poligonos industriales, de actividad frenética pero con un casco antiguo que conserva todo su encanto y sabor. Los italianos han sabido conservar las cosas con su aire antiguo y lleno de autenticidad.

Génova, la república de San Jorge, fue la rival directa de Pisa y Venecia para la supremacía del comercio marítimo. Génova sentó sus lares, desde el siglo XI en las costas del mar Tirreno, limpiando sus aguas de los temidos piratas sarracenos. Fundaron centros comerciales en el Mar Negro, en Grecia y en el próximo Oriente. Se anexionaron las islas de Cerdeña y de Corcega. Pero la ciudad casi se arruinó por sus luchas con Venecia y no empezó a levantar cabeza hasta bien entrado el siglo XV.

Bajo el liderazgo de Andrea Doria, Génova, se alió a España en su rivalidad contra Francia. De esta alianza nacieron las grandes familias genovesas que dejaron su impronta en la construcción de la ciudad. Estas grandes fortunas propiciaron la creación de Bancos y Cajas de Ahorro, convirtiéndola en la primera ciudad de Italia.

Una curiosidad que poca gente conoce, Génova poseía el monopolio de un tinte llamado "blú di Genova", ese tinte fue el usado por Levi's para teñir las telas de sus famosos pantalones de trabajo que se conocen desde entonces como "blue jeans"...los tejanos .

Esta pequeña semblanza de la ciudad es para hablar de lo que realmente me ha interesado en mi visita a dicha ciudad. No solo me ha interesado si no que al verlo me ha dejado absolutamente fascinada, me refiero al Cementerio de Staglieno.

160 Ha. de un terreno que empezando en la falda de un monte a la salida de Génova, va subiendo por ella y dejando uno de los mas asombrosos lugares que he visto nunca. La espectacular entrada tiene a ambos lados un recinto cuadrado y porticado donde, en la parte que da a la parte mas interior está llena de las sepulturas de los ricos descendientes de aquellos comerciantes que engrandecieron la ciudad. Otra avenida en medio y otra que está pegada a la pared exterior completan esta zona del cementerio. El resto esta repartido por toda la montaña, en caminos mas o menos amplios, con rincones casi perdidos donde el tiempo parece haberse detenido.

Enterramientos pomposos y rimbombantes; lugares donde se desprende el dolor que produjo la perdida del ser querido; obras de arte de una expresividad y de un realismo minucioso que permiten ver como eran y vestían las gentes del siglo XIX y que dejaron constancia de su paso por esta vida en forma de casa de eternidad. Esculturas que por si solas nos cuentan una terrible historia, una obsesión, un amor. Perdidas irreparables y enterramientos que mas parecen una venganza que un piadoso recuerdo...simplemente fascinante.

Pero si algo me dejo triste y muy emocionada fueron los pequeños enterramientos de algunos niños; son pequeños rincones que no vienen en las guias turísticas y que no son fotografiados ni visitados pero, precisamente por lo que representan son auténticos.

La pequeña Entella de 9 años que fue llevada por una ola y que espera eternamente la siguiente con su bañador y su salvavidas inutil; el pequeño que jugaba en un parque con su aro y al qué "unas manos asesinas" arebataron la vida...según se puede leer en ambas tumbas olvidadas y perdidas...

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